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29 de marzo de 2010

22 de abril Día Mundial de La Tierra

Día Mundial de La Tierra
CEDOC.inmujeres.gob
El Día de la Tierra se instauró en los Estados Unidos de Norteamérica y se celebró por
primera vez en 1970. Fue establecido por Gaylord Nelson, senador de Estados Unidos,
quien incentivó el desarrollo de una protesta a nivel nacional cuya finalidad fue colocar
el tema ambiental en la agenda del país. En el Día de la Tierra de 1990, más de 200
millones de personas en 141 países de todos los continentes participaron en
celebraciones en sus comunidades. La movilización de grupos dio más autoridad a los
ciudadanos, enlazó globalmente a las organizaciones no gubernamentales (ONG) y
obligó a los jefes de estado a participar personalmente en la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) convocada por
la Asamblea de las Naciones Unidas. Esta Conferencia conocida como Cumbre para la
Tierra, se celebró en Río de Janeiro del 3 al 14 de junio de 1992 y fue un momento
decisivo en las negociaciones internacionales sobre las cuestiones del medio ambiente y
el desarrollo.
Los objetivos fundamentales de la Cumbre de Río fueron lograr un equilibrio justo entre
las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y de
las generaciones futuras y sentar las bases para una asociación mundial entre los países
desarrollados y los países en desarrollo, así como entre los gobiernos y los sectores de la
sociedad civil, sobre la base de la comprensión de las necesidades y los intereses
comunes.
Algunos signos de deterioro ecológico
En el último siglo, y especialmente en los últimos 40 años, los seres humanos hemos
causado enormes cambios en el medio ambiente mundial. Los más directamente
afectados por problemas de medio ambiente, desde la contaminación del agua hasta el
cambio climático, son los más pobres y los que están en peores condiciones de cambiar
sus estilos de vida para hacer frente a la declinación ecológica de la cual a continuación
se exponen algunos ejemplos:
• Los agricultores, ganaderos, taladores de árboles y urbanizadores han destruido
aproximadamente la mitad de la cubierta forestal originaria del planeta y otro
30% de esa cubierta está fragmentada.
• En el último siglo, se estima que la degradación de los suelos ha reducido en
13% las tierras de cultivo y en 4% los pastizales.
• De las existencias de fauna ictícola (peces) en todo el mundo, las tres cuartas
partes han desaparecido o han excedido los límites sostenibles. En los últimos 50
años, las flotas de pesca industrial han extraído al menos un 90% de los mayores
predadores oceánicos, entre ellos, el atún, el pez aguja y el pez espada.
• Desde el decenio de 1950 se ha triplicado la demanda mundial de agua. Está
disminuyendo la cantidad y la calidad de las aguas subterráneas debido al
bombeo excesivo, a la contaminación a partir de fertilizantes y plaguicidas y de
desechos industriales. Hay 500 millones de personas residentes en países donde
hay escasez de agua. Según se prevé, hacia 2025 esas cantidades pasarán a entre
2 400 y 3 400 millones.
• Cambio climático. Como resultado del consumo de combustibles fósiles,
actualmente los niveles de anhídrido carbónico en la atmósfera son superiores en
18% a los existentes en 1960 y, según se estima, superiores en 31% a los
existentes al comenzar la revolución industrial en 1750. La acumulación de
gases de efecto invernadero en la atmósfera, incluido el anhídrido carbónico, se
ha vinculado al aumento y las variaciones extremas en las temperaturas, así
como al aumento en la severidad de las tormentas.
• Según se estima, el nivel del mar ha aumentado entre 10 y 20 centímetros,
debido en gran medida a que grandes masas de hielo se han derretido y los
océanos se han ampliado, a raíz del calentamiento regional y mundial. Los
pequeños países insulares y las ciudades y terrenos agrícolas de baja altitud
corren graves riesgos de inundación.

Por primera vez en diez años disminuye la tasa de deforestación mundial

Disminuye por primera vez la tasa de deforestación forestal
SENA, FOBOMADE
Entre 2000 y 2010 desaparecieron alrededor de 13 millones de hectáreas de bosques en 233 países. Sudamérica y África experimentaron las mayores pérdidas netas anuales, con 4 y 3,4 millones de hectáreas, respectivamente. Sin embargo, por primera la tasa de deforestación disminuyó a nivel mundial, destacó la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

“Por primera vez, somos capaces de demostrar que la tasa de deforestación ha disminuido a nivel mundial como resultado de una serie de esfuerzos coordinados a nivel local e internacional”, declaró el director General Adjunto del Departamento Forestal de la FAO Eduardo Rojas.

“Los países no sólo han mejorado sus políticas y legislación forestales, también han asignado bosques para uso de comunidades locales y pueblos indígenas, y para la conservación de la diversidad biológica y otras funciones medioambientales. Es un mensaje bienvenido en 2010, el Año Internacional de la Biodiversidad”, celebró Rojas.

La deforestación en el mundo, especialmente la conversión de bosques tropicales en tierras agrícolas, ha disminuido en los últimos diez años, pero continúa a un ritmo alarmante en muchos países, indican las conclusiones principales del estudio forestal más completo realizado por la FAO hasta la fecha en 233 países: la Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010.

A nivel mundial, se han convertido a otros usos o se han perdido por causas naturales 13 millones de hectáreas de bosques anuales entre 2000 y 2010, en comparación con 16 millones de hectáreas anuales durante la década de 1990.

“La tasa de deforestación continúa siendo muy alta en muchos países y las zonas de bosque primario – bosques no alterados por la actividad humana – siguen disminuyendo, por lo que los países deben intensificar sus esfuerzos para mejorar su gestión y conservación”, alertó Rojas.

Brasil e Indonesia han reducido considerablemente sus tasas de deforestación, mientras que las plantaciones forestales en China, India, Estados Unidos y Viet Nam han añadido más de siete millones de hectáreas de nuevos bosques cada año. En Norteamérica y Centroamérica, la superficie forestal permaneció bastante estable, mientras que en Europa siguió creciendo, si bien a una tasa menor que antes.

Como consecuencia, la pérdida neta de superficie forestal se ha reducido de 8,3 millones de hectáreas al año de la década de 1990 a 5,2 millones de hectáreas anuales entre 2000 y 2010.

La superficie forestal total mundial asciende a algo más de cuatro mil millones de hectáreas, el 31 por ciento de la superficie terrestre total. La pérdida neta anual de bosques (es decir la suma de las perdidas menos la suma de los incrementos en superficie forestal) en el periodo 2000-2010 equivale a una superficie similar a la de Costa Rica.

La devastación de la foresta se debió en gran parte al vertiginoso aumento de los cultivos de maíz, tanto para la producción de alimentos como de agroenergía. El acelerado consumo de carbón vegetal o de madera para generar energía amenaza con convertir a Haití en el primer desierto del Caribe.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 70 por ciento de los haitianos cocina con carbón, lo cual obliga a talar entre 15 y 20 millones de árboles cada año. La deforestación convirtió a Haití en un país demasiado vulnerable a las inundaciones, además de erosionar el suelo y acabar con buena parte de las reservas de agua.

Conclusiones principales
Las Evaluaciones de la FAO de los recursos forestales mundiales se publican cada cinco años. Más de 900 especialistas de 178 países han participado en la Evaluación de los recursos forestales mundiales de 2010. El informe completo de esta evaluación se hará público en octubre de 2010.

Otros hallazgos clave del informe son:

Brasil perdió una media de 2,6 millones de hectáreas de bosque anuales en los últimos diez años frente a los 2,9 millones de hectáreas en los 90. Las cifras de Indonesia ascendieron a 0,5 y 1,9 millones de hectáreas al año respectivamente.

Los bosques primarios constituyen un 36 por ciento de la superficie forestal total pero han disminuido en más de 40 millones de ha desde el año 2000. En gran medida esto se debe a la reclasificación de los bosques primarios como “otros bosques regenerados de forma natural” debido a la tala selectiva y otras intervenciones humanas.

La superficie de bosques en parques nacionales, áreas naturales silvestres y otras zonas legalmente protegidas ha aumentado en más de 94 millones de hectáreas desde 1990 y actualmente equivale a un 13 por ciento de la superficie forestal total.

Los bosques representan uno de los principales sumideros mundiales de carbono. Almacenan unas 289 gigatoneladas (Gton) de carbono en árboles y otra vegetación. El carbono almacenado en la biomasa forestal, la madera muerta, la hojarasca y el suelo es mayor – en conjunto – que todo el carbono presente en la atmósfera. A nivel mundial, se estima que las reservas de carbono en la biomasa forestal descendieron en 0,5 Gton al año en el período 2000-2010, principalmente debido a la reducción de la superficie forestal total.

Los incendios, las plagas y las enfermedades están causando daños cada vez mayores a los bosques de algunos países. En promedio, cerca del uno por ciento de la superficie forestal mundial se ve significativamente afectado cada año por los incendios forestales. Las plagas de insectos dañan unos 35 millones de hectáreas de bosque cada año. Los fenómenos climáticos extremos como las tormentas y ventiscas, y los terremotos, también provocaron graves daños durante la última década.

Desde el año 2000, setenta y seis países han desarrollado o actualizado sus políticas forestales y desde 2005, sesenta y nueve países – fundamentalmente en Europa y África – han promulgado o enmendado sus leyes forestales.

La recolección de datos para la Evaluación de los recursos forestales mundiales se está haciendo más exhaustiva y precisa. Los nuevos datos y la información adicional sobre la forestación y la expansión natural de los bosques en los últimos 20 años han permitido estimar de forma más precisa las tasas de deforestación y pérdidas por causas naturales. La nueva estimación mundial para el periodo 1990-2000 (próxima a los 16 millones de ha al año) es mayor que la anterior, debido a que ahora también incluye la deforestación en países que han experimentado un aumento neto de su superficie forestal.

Un estudio de teledetección de bosques, liderado por la FAO, con el muestreo de unos 13 500 puntos, cada uno observado en un periodo de 15 años, proporcionará para finales de 2011 datos aún más exactos sobre las tasas mundiales y regionales de deforestación.

La situación en Bolivia

Bolivia es un país forestal porque el 48% de su territorio (aproximadamente 53 millones de hectáreas) está cubierto por bosques. Es el quinto país más rico en recursos forestales del continente, después de Canadá, Brasil, Estados Unidos y Perú.

La tasa de deforestación en Bolivia ha crecido de manera alarmante en los últimos años. Se estima que en 2001 se deforestaban alrededor de 230 mil hectáreas de bosques; alrededor de 300 mil hectáreas anuales a mediados de la década y hasta medio millón de hectáreas por año en la actualidad.

Una investigación de Conservación Internacional revela que la agroindustria del departamento de Santa Cruz desmonta en promedio 225 mil ha de bosques cada año (75% de la deforestación nacional) para cultivar soya, caña y criar ganado. (Killeen 2006).

En ese departamento, fotografías satelitales demuestran que la deforestación era menor a 80 mil hectáreas por año en el área de expansión y la zona integrada en 1975. En las fotografías de 1992 ya se ven muchas parcelas de soya y la deforestación alcanza a más de 160 mil ha anuales. Para el año 2000 casi no queda bosque en el área estudiada, y la deforestación anual bordea las 270 mil hectáreas.

Si bien la mayor parte de la deforestación se concentra en el departamento de Santa Cruz, existen nuevos polos de deforestación como el departamento de Pando, sobre todo en zonas productoras de castaña. Además, la tala de bosques avanzó en los márgenes de la carretera Chapare-Yapacani, en Cobija, Guayanamerín, Riberalta y Puerto Suárez.

Los principales responsables de la deforestación y de los desmontes ilegales en Bolivia no son los colonos o los pequeños productores, sino los grandes emprendimientos agroindustriales. Prueba de ello es que el 1% de los casos de desmonte representaron el 40% de la superficie deforestada en 2007, según datos de la Unidad de Control de Desmonte e incendio forestal de la Superintendencia Forestal.

Comineza el ciclo nacional de ferias agrícolas, SENA

Achocalla primer escenario de ferias agroecológicas
SENA
La plaza Señor de Mayo del municipio de Achocalla del departamento de La Paz fue escenario de la primera feria de alimentos orgánicos cultivados en pequeña escala, dando inicio a un ciclo nacional de ferias agroecológicas en los nueve departamentos del país con el objetivo de fomentar el intercambio entre pequeños productores campesinos y consumidores sin intermediarios, y promocionar el consumo de frutas, verduras y otros alimentos ecológicos.

Achocalla es un valle alto situado a pocos kilómetros de la sede de gobierno, donde se produce aproximadamente el 20% de las verduras que se consumen en las ciudades de La Paz y El Alto.

La Asociación de Fruticulturas y Productoras de Hortalizas de Achocalla (AFLOPHA) y la Asociación de Carpas Solares de Hortalizas de Achocalla (ACSHA) cultivan rábano, zanahoria, nabo, acelga y apio, entre otros productos.

“Me llamó la atención ver un valle cerca de El Alto, donde se cultivan productos ecológicos en pequeña escala, con el esfuerzo de las hermanas productoras y el interés del Alcalde”, destacó la ministra de Desarrollo Rural y Tierras Nemesia Achacollo en la inauguración de la feria “Bio Achocalla”, en la que participaron la Nuez Amazónica, AFLOPHA, Flor de Leche y chocolates CEIBO, entre otros expositores.

La feria agroecológica fue organizada por la Asociación de Organizaciones de Productores Ecológicos de Bolivia (AOPEB), con el apoyo del municipio de la región y del gobierno nacional. La AOPEB es la principal impulsora de la Ley 3525 que regula y promociona la producción agropecuaria y forestal y no maderable ecológica en el país.

Los agricultores de Achocalla riegan sus cultivos con agua de vertiente y realizan un control orgánico de plagas, destacó Carmen Sotomayor, gerente de AOPEB. El municipio de Achocalla, en coordinación con AOPEB, está desarrollando un sistema de Certificación Participativa que permitirá al consumidor paceño identificar los productos ecológicos de la región.

“Como municipio estamos apoyando a los productores y productoras ecológicas, además pronto tendremos un camino asfaltado hacia Achocalla que permitirá a los paceños llegar en 15 minutos a estos centros de producción”, informó el Alcalde de Achocalla Carlos Torrez. “El propósito es convertir a Achocalla en un municipio ecológico”, agregó Sotomayor.

“Producimos lechuga, rabanito, acelga y apio para vender en El Alto, y también consumimos mucha ensalada”, comentó orgullosa Nieves Mamani, quien hace cuatro años se dedica a la producción de hortalizas. “Necesitamos el apoyo de las autoridades para vender nuestros productos directamente a los consumidores”, dijo la representante de AFLOPHA “Ajjawir Imilla”, Teodora Quispe.

No es conveniente producir alimentos lejos de los centros de consumo y tampoco comercializarlos a través intermediarios: “Ganamos mucho más cuando el consumidor se traslada a las zonas productoras y obtiene productos frescos, ahorra en precios y fomenta la relación directa productor consumidor”, aseguró la integrante de AOPEB María Julia.

La ministra Achacollo anunció que los Ministerios de Desarrollo Productivo, de Salud y Desarrollo Rural y Tierras trabajarán de manera conjunta en la promoción de los valores nutritivos de los productos ecológicos para que la gente “poco a poco deje de consumir productos que dañan su salud”.

“Nuestro compromiso es promover la producción de alimentos orgánicos y ecológicos para que la población coma productos sanos, nutritivos y netamente orgánicos”, dijo la ministra Achacollo y se comprometió a apoyar a los pequeños productores a través de las unidades descentralizadas del Ministerio a su cargo.

El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras dispone de ocho millones de dólares para financiar programas y proyectos de pequeños productores en municipios y prefecturas con el fin de garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria nacional.

Según Achacollo, se instalarán ferias estatales permanentes en las nueve capitales de departamentos, en ciudades intermedias y en localidades fronterizas, en alianza con prefecturas y municipios, en el marco de las políticas nacionales destinadas a garantizar la soberanía alimentaria.

La Constitución Política del Estado (CPE) establece que la seguridad y la soberanía alimentaria de la población es uno de los objetivos prioritarios de la forma de organización económica estatal (Artículo 309); es una acción prioritaria de la política de desarrollo rural integral sustentable (Artículos 405 y 407), y es uno de los principios que rigen la negociación, suscripción y ratificación de tratados internacionales (Artículo 255).

La Ministra Achacollo reconoció que es obligación del Estado fortalecer a las asociaciones productivas ya existentes; rearticular a comunidades de tierras altas y bajas; buscar la complementariedad entre estructuras agropecuarias tradicionales y agroindustriales, y desarrollar el mercado interno con la creación de un sistema de información de precios, márgenes de intermediación, proveedores, servicios financieros, insumos, demanda, oferta, compras estatales, tecnología, formación, oportunidades de trabajo y de inversión.

El potencial de la agricultura en pequeña escala

Hasta hace poco se creía que las pequeñas fincas familiares eran improductivas en comparación con los cultivos agroindustriales a gran escala. Sin embargo, decenas de investigaciones y estudios científicos recientes demuestran que las pequeñas unidades productivas son menos depredadoras y más rentables que los monocultivos a gran escala, porque utilizan de manera más eficiente la tierra, el agua, la biodiversidad y otros recursos agrícolas.

El Informe Evaluación Internacional 2009 del Papel del Conocimiento, Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD), elaborado por más de 400 expertos de 15 países, concluye que las granjas pequeñas son las más adecuadas para aliviar el hambre en el mundo y garantizar el desarrollo sostenible.

La pequeña producción agroecológica usa compost u otras materias orgánicas (estiércol, abonos verdes, cultivos de cobertura) en lugar de fertilizantes químicos; realiza controles biológicos de plagas, evitando pesticidas químicos; practica la “cosecha” de agua para conservar la humedad del suelo y prevenir la erosión y lixiviación de nutrientes; y cultiva una variedad amplia de especies adaptadas al clima local en agroecosistemas diversificados menos vulnerables a los eventos climáticos extremos.

El Estado Plurinacional de Bolivia y la política de desarrollo rural integral sustentable protegen, fortalecen y fomentan la economía familiar y comunitaria de pequeños productores agropecuarios como alternativas solidarias y recíprocas en el área rural y urbana para que contribuyan al desarrollo económico y social del país. (Artículos 334, 255 y 311, 405 y 406 de la CPE)

El Estado Plurinacional reconoce, respeta, protege, fortalece y promueve la forma de organización económica comunitaria que comprende sistemas de producción y reproducción de la vida social, fundados en los principios y visión propios de las naciones y pueblos indígena originario y campesinos. (Artículos 47 y 307)

La nueva Constitución manda apoyar a las organizaciones de economía comunitaria para que sean sujetos de crédito y accedan al financiamiento; y les otorga preferencias en las compras del Estado. (Artículos 255, 334 y 336)

La pequeña agricultura campesina e indígena comunitaria sustenta varios proyectos de industrialización, comercialización y encadenamientos productivos previstos en el Plan quinquenal de desarrollo agrícola del gobierno boliviano, todos ellos diseñados para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria y la producción agroecológica.

El gobierno diseña un Plan de Fomento a la Producción Ecológica/orgánica para asistir a iniciativas productivas mediante varios programas destinados a concretar todas las políticas, estrategias y acciones en pos de la seguridad y soberanía alimentaria.

El programa CRIAR (Creación de Iniciativas Alimentarias Rurales) fomenta la producción de alimentos para consumo local; el programa EMPODERAR (Emprendimientos Organizados para el Desarrollo Rural Autogestionario) desarrolla capacidades productivas agropecuarias, agroforestales y otras; y el Programa Alimentación y Nutrición Escolar busca efectivizar el Derecho Humano a la Alimentación en zonas urbanas, periurbanas y rurales pobres.