Artículos, leyes, análisis, opinión, documentos

23 de octubre de 2009

Las nuevas alianzas del MAS

El MAS y sus nuevas alianzas
Por: Alicia Tejada Soruco
La misma palabra latina, traditio, significa tradición y traición a la vez, quizá porque en las tradiciones encontramos también un cúmulo de traiciones; fraternales, como la de Caín a Abel, sentimentales como la de Dalila que traiciona a su amante Sansón o como la más paradigmática de todas que es la traición de judas a Jesús, sin la cual el calvario y la gloria de Jesús no hubiesen tenido lugar.
Los traidores, en las tradiciones de la humanidad, son también estigmatizados y castigados. Dante Alighieri resume el pensamiento de la época a cerca de ello cuando los sitúa en el último círculo del infierno de la Divina Comedia moviéndose constantemente para no congelarse en las gélidas aguas, que corresponden a la frialdad y a la falta de calor humano del traidor.
La traición ideológica no es un concepto nuevo y en el plano político, está relacionada con el hecho de que las ideologías son útiles en tanto medio para llegar al poder pero, una vez instaurado éste, se tornan innecesarias. El poder una vez instaurado lo que quiere es mantenerse y en esta meta las ideologías resultan incómodas pues siempre disponen a revolver, a revisar lo establecido; a revolucionar.
Sería absurdo que las ideologías de mantuviesen irrevisables en correspondencia a las nuevas realidades. Los proyectos políticos que perduran en el tiempo son aquellos que se sienten impelidos por la historia a revisarse y a renovarse en permanente diálogo interno.
Pero en el caso que pretendo abordar, no caben tales cataplasmas conciliatorias: la adhesión de las huestes de “Chichi Pérez”,(relacionadas incluso con hechos delictivos en los asaltos a instituciones estatales de septiembre del 2008) al MAS, al parecer no emergen de un ejercicio de revisión y revitalización ideológica al interior de los movimientos sociales, sino, más bien a los cambios pragmáticos; o aperturas de los partidos políticos con alianzas que “traicionan”, o que no corresponden a su esencia ideológica y que forman parte de la tradición política en la vida democrática de Bolivia.
La debilidad organizacional sumada a la cultura caudillista del sistema partidario en nuestro país, además de otros elementos no menos importantes, han determinado que los partidos políticos no cambien, para adaptarse a nuevos tiempos, como resultado del debate ideológico y programático, sino por decisiones de sus élites y apoyados en organizaciones con un sistema de decisiones altamente centralizado. La cuestión es que ninguno de los partidos adscritos a esta tradición-traición, ha sobrevivido a sus caudillos, por lo que no parece ser una buena receta:

¿Por qué el MAS en Santa Cruz, da un giro de 180º y sus operadores de campaña no reparan ni escatiman complacencia en acto de bien venida a personajes que expresaron en todo momento la validez de una confrontación ideológica relacionada con los cambios profundos que promueve?
¿Qué papel juega esta alianza en el cambio, incluso de la estructura mental, de una sociedad acostumbrada al autoritarismo y al caudillismo ejercido por quienes acumularon el poder durante siglos? , son preguntas que vienen a contrapelo, out side del escenario interno del MAS.
Una de las explicaciones es que si nos hemos acostumbrado a hacer política sumidos en la cultura del miedo, cuando la amenaza desaparece, tendemos al híper activismo político ampliándonos en lo externo, en lo más externo posible que nos permita asegurarnos el protagonismo del momento.
El híper activismo político, especialmente en época de campaña como la que vivimos hoy, busca situarnos en espacios considerados del opositor, o frente a símbolos que forman parte de nuestra identidad arrebatada, (la bandera, la música, los himnos, la plaza y hasta el Comité o la feria con sus personajes incluidos) y sobre los cuales se cuestiona nuestro derecho.
Otra de las respuestas posibles, que no excluye la primera, es que quienes fungen de operadores del MAS en Santa Cruz, conociendo las cifras que los colocan en las preferencias electorales, hayan optado por calmar en lugar de agitar la confrontación ideológica.
No obstante, el híper activismo político junto al cálculo político, traicionarían la esencia misma del MAS, como movimiento. Los movimientos sociales que consideran a este partido “su” instrumento de poder, lo hacen sobre la base de una revolución que debe revitalizarse con el agregado de agendas comunes, y también en la confrontación sana y constructiva, signatura pendiente para toda la sociedad cruceña.
La consumación plena de una ideología nada tiene que ver con un pragmatismo muy emparentado con el oportunismo, sino con la revitalización del pensamiento para modificarlo y ponerlo a la altura de las circunstancias.
Queda entonces la pregunta, vaya, una más de las tantas preguntas: Qué se está revitalizando en el MAS, como movimiento e instrumento de poder de colectivos sociales con agendas compartidas en base a principios y valores universales, con la figura de personajes, que para nadie son ejemplo o modelo de ninguno de dichos valores.
Las revoluciones son verdaderas como movimiento pero falsas como regímenes, advirtió Trotsky, “nada más ridículo que el régimen revolucionario”, gritó desde el exilio antes de que Stalin lo hiciera callar en Méjico.