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10 de febrero de 2010

Gestión de los Bosques en Cururú

I
INTRODUCCIÓN
El presente artículo es de carácter descriptivo; intento, a través del mismo, presentar aspectos, hechos y realidades de la gestión comunitaria de los bosques en Cururú;(Sapo) pequeñísima comunidad indígena de origen Gwarayu,, ubicada a treinta kilómetros del municipio de Urubichá (Agua Grande) y a trecientos treinta de la ciudad de santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
No planteo aquí nada desde la erudición académica y científica ni desde avales institucionales puesto que de ambos carezco: Este artículo presenta datos empíricos y producto de la observación, experiencia y con-vivencia desde distintos espacios. En suma, intento aquí tematizar algunos aspectos de mi experiencia como asesora de los dirigentes de la Central Comunal de Cururu-CCC.
La gestión Comunitaria entendida como la capacidad para definir lo común, desde las múltiples visiones de todos, y para dotarse de habilidades que permitan dirigir, controlar y administrar sus mutuos beneficios, es el marco teórico en el que se apoya este artículo.
Tampoco inauguro con estos planteamientos ningún nuevo continente, todo lo contrario, existe abundante información e investigaciones sobre el tema.
Pero también, toda vez que se trata de una comunidad indígena con un área de su bosque bajo régimen forestal comercial, con Plan de Manejo Forestal implementado hace casi una década y con Certificación Forestal, asumo que hay una tendencia a dar por sentado que los temas relacionados con gestión son abordados desde todas las perspectivas posibles, y no es así..
Innegable que “Certificación Forestal IMPA PARKET SRL-CURURÚ” es, en el caso de Cururú, la puerta de ingreso y los caminos por los que transitan hoy casi todos los textos, opiniones y estudios sobre la comunidad.
Por qué ocuparnos de este tema entonces y no de otros, como la gestión de los cuerpos de agua (ríos, lagunas, lagunetas, meandros, curichis), sobre lo cual poca o ninguna información existe a pesar de constituirse, estas áreas del bosque, en el eje central de las relaciones, historia común, inter-subjetividades y en referente de la normatividad para la gestión, por parte de los “cururusences”.
Pues en esta afirmación está la respuesta. Este artículo se justifica en tanto pueda acercar algunas realidades que adolezcan de procesos alentadores de la “parcelación”, debilitamiento y cercenamiento progresivo del conocimiento del todo que constituyen los bosques para la vida en comunidad de Cururú.
La exclusión programática de realidades vinculadas a las capacidades de gestión del bosque como ecosistema integrado obedece a que éstas obstaculizan la consecución de “metas” de la gestión comercial de los recursos del bosque, especialmente maderables y desde este supuesto describiré algunas situaciones concretas.
Pero lo mismo ocurrió en las cumbres de cambios climáticos (Copennague, Bangkok, Barcelona 2009); cada Comité actuó por su cuenta, cercenando y fragmentando este mundo que habitamos, tendencia global que no utilizaremos para justificar las nuestras, sino para reforzar los motivos de este artículo.
II
ANTECEDENTES
ALGUNOS DATOS EMPÍRICOS SOBRE EL CARÁCTER
DE LOS“CURURUSENSES”
Pionero es el que marcha a la cabeza. El pionerismo se manifiesta, especialmente, en la capacidad y valentía de las personas de modificar el rumbo de la historia.
En la historia común de cada habitante de Cururú el pionerismo es un valor; una cualidad que hace referencia a la flexibilidad y a la elasticidad en la adopción de cambios, propiedad o cualidad que los enorgullece y que se manifiesta en hacer cosas que no sólo les produzcan felicidad personal, sino que también signifiquen conocimientos nuevos, aventura, y descubrimientos para el desarrollo de su comunidad y del pueblo Gwarayú.
Mas de veinte años han pasado desde que cinco familias pertenecientes a importantes clanes familiares de Yaguarú dieron el primer paso hacia nuevas formas de convivencia.
Fueron pioneros, en su época, porque trasladarse al bosque significaba vivir fuera de la protección de lo establecido (iglesia, organizaciones, familia) vivir con el bosque y habitarlo sin ayuda alguna pero con sus propias posibilidades y sueños; para ello además tuvieron que desalojar a una empresa maderera de mucho poder político y económico. Los fundadores no escatiman detalle de semejante contienda y conocen que quizá fueron los primeros grupos indígenas contemporáneos que se atrevieron a tanto, mucho antes de la legislación de sus derechos.
Pioneros también fueron porque tuvieron que atreverse a crear sus propias instituciones y normas y/o adaptar las que regían en su comunidad de origen Definieron su Santa Patrona (femenina), y le procuraron un altar que aún se mantiene como centro de la comunidad y ante el cual mayores y pequeños acuden con devoción.
Con devoción y comunitariamente también acuden, a pocos pasos del sagrado altar, a sus reuniones con las hechiceras (brujas) que invitan de fuera principalmente si éstas les prometen curar a sus enfermos, pues las enfermedades físicas les provocan gran zozobra que se traduce, si no son extirpadas, en “tristeza de la comunidad”.
Allí pues se reúnen con optimismo, las historias, los cuentos, los chistes, las creencias, los problemas individuales, y familiares, lo nuevo, con GPS, DVD y lo externo, junto a las soluciones comunitarias y a las interpretaciones de leyes, aplicadas a planos que nunca fueron legislados y viceversa.
Ahora Cururú está habitada por casi medio centenar de familias y trescientas almas. Como ellos mismos explican, para el mundo de la ley “caray”, son poseedores de miles de hectáreas de “territorio” titulado y beneficiarios del derecho de aprovechamiento forestal comercial en otras miles; rodeados de bosques, lagunas y ríos tienen sus domicilios legales en calles sin nombre y en casas sin números, rústicas, sin muros o cercas que los dividan entre vecinos y edificadas con barro y palma.
Poseen también en la actualidad un plano regulador del centro urbano de su comunidad, elaboración que se efectuó junto a técnicos del gobierno municipal ,pero que, una vez que éstos se marcharon, los curusenses, re-construyeron discutiendo sobre la distribución de los naranjos y mandarinos que habían quedado en media docena de “lotes”, cambiando todo el diseño por esta razón.
Para el mundo de la historia compartida y de las inter-subjetividades el hombre de Cururú es un ser libre y erudito en cuestiones del bosque y este es un valor muy importante para la auto estima de la comunidad,, que se conceden unos a otros y que no pierden oportunidad de recordarse, como importante en sus relaciones. Las mujeres, por su parte, sueñan este último tiempo con casas nuevas, maquinas para procesar el chocolate que siempre manejaron en Yaguarú, agua potable, médicos, parteras y escuelas para sus niños.
En el manejo, cuando no solución, de conflictos de derechos de propiedad de la tierra, la calidad y el carácter del contendor priman definitivamente: Las formas de acercamiento al carácter del contendor son también holísticas, históricas, nunca lineales:
Los pioneros curusenses han resuelto sus problemas antiguos y nuevos con una mínima participación de los externos “formales”, y acuden más bien a personas en las que confían, por su carácter conciliador y por su conocimiento, cuando hay aspectos que requieren de otra visión. Es importante resaltar que en Curú está muy bien definida y delimitada la relación que establecen con instituciones del Estado, con ONG y proyectos de cooperación y con múltiples “consultivos” a los que acuden incluso para definir los términos de relaciones con las instituciones mencionadas.
Hoy en día, los conflictos de derecho agrario con vecinos o “terceros” se discuten abierta y amablemente, en asambleas que disciernen soluciones, no sobre la legalidad o ilegalidad de sus posesiones que dan por sentado que el Estado resolverá “bien”, sino sobre la conveniencia o no de tenerlos como vecinos. Analizando carácter y antecedentes de éstos pueden emplear horas, días, meses y hasta años en los que gradualmente aportan nuevos elementos producto de indagaciones que llegan incluso hasta Santa Cruz.
En una oportunidad en la que el abogado del Ing. Carlos Rojas mediaba para resolver sus conflictos de la propiedad San Juan, colindante con la laguna Yabochi Pirer, el dirigente le preguntó de quién era la laguna que se disputaba dentro de esa propiedad. Después de escuchar con mucha atención la respuesta del abogado: “los cuerpos de agua pertenecen al Estado, significa que a todos los bolivianos (…)”, el dirigente Ambrosio Yaboo me comentó que le había respondido lo siguiente:
“Mire señor abogado ¿Acaso usted o nosotros vivimos en esa laguna?, acaso nosotros la hemos cuidado tantos siglos? No, no es esa la verdad aunque lo diga la ley: las lagunas tienen sus propios cuidantes, dueños y pobladores, ahí está el jichi, los caimanes, los bufeos que llegan cuando el río Blanco rebalsa, las anguilas, las conchitas y tanto animalito y plantita que se come la basura; que limpia para que no se sequen, que alimenta a nuestra comunidad…ellos son los dueños, a ellos les debemos un respeto y no es respetuoso que las vacas del ingeniero los pisoteen y los orinen”.
Cuando finalizó esta singular reunión y se evaluaron los resultados de la misma en grupos más reducidos (otra costumbre que contribuye a “sanear” lo que se va a transmitir y que puede prolongarse muchos días abarcando muchas consultas internas y con sus consultivos); los dirigentes expresaron que todos estaban contentos, ya que el ingeniero los escuchó atento y se había comportado muy gente , muy “humilde”, que además ya había demostrado que servía como vecino, pero que lo que les apenaba ahora la demora por parte del estado en definir su derecho, “porque tenían proyectos que emprender juntos”.
Sin entrar en valoraciones de juicio y sólo para efectos establecer diferencias: de enfoque cito la visión de los proyectos de apoyo a la certificación y de los evaluadores de Smart Wood sobre el mismo conflicto y que considero que es lineal, legalista y metista,: Un informe correspondiente a la evaluación del 2008 da cuenta de apoyos institucionales para resolver conflictos de “sobreposición”, y concluyen en dos líneas: “reunión con partes interesadas (propiedad San Juan), resultado negativo, ambas partes se van por la vía legal para resolver sus derechos”.
Otro caso que está más relacionado con la flexibilidad para resolver conflictos de orden interno es el del “colla” casado con una joven curusense En sus discusiones para la distribución de parcelas en la Zona Agraria, área de parcelas individuales heredada de la reforma agraria este nuevo comunario, originario de occidente, reclamó una porción de tierra aparte de la que ya poseía su consorte, interpelando la norma de una parcela por familia que rige en Cururú, intransigentemente (“caprichudamente”).
Durante algunos días no encontraban cómo resolver este problema pues no existían antecedentes similares a tal petición de un externo, y porque también los obligaba a replantearse las normas diseñadas en base a las familias originarias de Cururú, sin embargo, tras haberse agotado la deliberación, los dirigentes propusieron declarar viuda a la consorte y con ello no sólo resolvieron el conflicto sino que todos quedaron “en paz”, con la aprobación complaciente del “muerto” quien además suscribe el acta de esta reunión..
De otra parte, la evaluación del 2008 de Smart Wood abordó estas discusiones sobre las zonas agrarias, distribución y usos de las mismas, desde la necesidad de apoyo de una consultora geógrafa que zonifique áreas .
La zonificación se realizó en quince días de campo mientras que, las discusiones sobre la zona agraria, incluso la propuesta de un segundo PGMF en dicha zona, ocurría en la vida comunitaria de Currú, en tiempos y conceptos muy diferentes y en sus propios términos tres años atrás Toda vez que intento que este artículo también recuerde y anime otras formas de abordar contextos. Utilizo el relato de unos pocos rasgos del carácter, y de los contrastes con las percepciones externas, porque el carácter de las cosas es quizá lo más importante para esta población Me mueve además la intención y el interés, nada objetivo, ni impersonal de invitar a reubicar las perspectivas de los externos sobre un nuevo mapa, explorando nuevas formas de inter acción que revitalicen las relaciones de tod@s.
III
PLANTEAMIENTO CENTRAL
Nadie ignora que la actividad forestal en Guarayos se caracteriza hoy por el encuentro de varias crisis institucionales, destrucción de bosques, lagunas y relaciones y reconstrucción cíclica de las mismas, en la misma dirección pero Cururú con todas sus luces y sombras, se mantiene como una joven esperanza que, no sucumbe a dicho entorno.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué Cururú ha podido resistir a la penetración externa que afectó gravemente a la mayoría, si no a todas, de las comunidades que gestionan manejo y aprovechamiento forestal comercial. Cómo y desde donde obtuvo la capacidad de reaccionar frente a fuerzas externas que tienden a distorsionar y destruir sus principales atributos y aunque penetrada en varios momentos por estas fuerzas, siempre retornó a sí misma con mayor capacidad crítica y más autónoma?
Una de las respuestas podría basarse en las características de elasticidad o flexibilidad para los cambios que le acompañaron desde su nacimiento y que hoy pondríamos en peligro con nuestras visiones lineales e inamovibles (normas, estándares, evaluaciones con métodos y formatos únicos y rápidos).
Indudablemente importante es también su capacidad para desarrollar normas con sanciones que ha aplicado con éxito, “moviendo” de un cargo a otro a miembros de la comunidad que no respondieron. a las responsabilidades otorgadas
Las sanciones se aplican y aunque, para nuestro universo de leyes, sean flexibles y aparentemente guiadas por la benevolencia, están destinadas a corregir el problema y no a castigar a quien lo ocasionó, puesto que el castigo se constituye en otro problema que afectaría a familias y parentescos que además derivaría en movilizaciones y costos innecesarios, por eso es que los reglamentos que importan multas, llamadas de atención, expulsiones y resoluciones “legales” no han funcionado en Cururú. Al parecer también la “humildad” como actitud que acompaña al reconocimiento de la falta por parte de de quien la cometió, es muy importante a la hora de definir sanciones.
Muchas de las formas de abordar gestión comunal en Cururú describen una capacidad intrínseca para superar colectivamente crisis y catástrofes (traslados, incendios, inundaciones, enfermedades, pérdidas, destrucción de recursos) y entre los pilares de esta capacidad comunitaria se mencionan la autoestima colectiva, la identidad cultural, la honestidad, la solidaridad y el liderazgo comunitario, este último de extremada importancia relacionada con la honestidad. y con la capacidad de relacionarse con externos que “saben”. Y que no son “picaros”.
Otro de los pilares se describe en la flexibilidad de los dirigentes para transformar sus conflictos y crisis en oportunidades con una predisposición extraordinaria para entender al otro y para aliarse al otro,, muchas veces en desmedro de las aspiraciones comunes inmediatas, pero con la seguridad de que el tiempo devolverá las cosas al estado proyectado. Esta cualidad puede ser el producto de la experiencia en la construcción desde cero de su propia comunidad, que les da otra perspectiva de la confianza en lo que el tiempo, la unidad, las alianzas y la voluntad logran, experiencia que ninguna otra comunidad en Guarayos posee.
¿Pero, le interesa al mercado forestal, al estado boliviano, a los proyectos de apoyo y a las “certificadoras” resguardar los valores y los atributos de las personas que habitan los bosques de Cururú o, por el contrario, se constituyen éstos en costos e inversiones que la eficacia forestal no admite?
La adecuación de marcos institucionales a normas legales y a estándares de certificación forestal que presuponen nuevos conocimientos, nuevas instituciones (equipos técnicos forestales), nuevas cualificaciones ¿abarcan los significados del bosque y de la comunidad con sus pre existentes visiones sobre lo que se debe conservar y proteger?
El incremento del precio de la madera en la relación contractual y vinculante con la empresa INPA PARKET LTDA. ¿Incorpora los valores, atributos, experiencia, conocimientos de la gestión indígena del bosque o se basa únicamente en la imposición del distorsionado e injusto precio y en la desigualdad de oportunidades que impone el mercado local como referencia comparativa?. ¿Cuáles son los incentivos reales para estas relaciones contractuales finalmente?
Se toman en cuenta las relaciones locales, que, ilegales, distorsionadas, calificadas de fomentar la corrupción, se mantienen y reciclan (a pesar de sus crisis) con redes de poder muy bien articuladas y continúan “enseñando cómo triunfar en la vida”, desde la perspectiva de que son un incentivo real y tangible para abandonar la quimera de los beneficios mutuos en la gestión forestal comunitaria y se intenta un acercamiento menos pre juicioso a estas realidades?
Estas preguntas junto a varias otras ya fueron planteadas, frente a la necesidad de reflexionar los resultados de implementación del régimen forestal de la nación (1998, 2001-UCPOI, CIDOB, SNV, PAF-BOL, BOLFOR)
Significa que, de no haberse respondido asumimos un vacío de espacios de evaluación de los efectos de la implementación del régimen forestal de la nación, también en la perspectiva de la revitalización de los nuevos roles de los proyectos de apoyo que requieren de urgente renovación, desde interrogantes que no han “pasado de moda” sencillamente porque aún no han obtenido respuestas.
IV
CONCLUSIONES
No encontré registrados en ningún acta ni documento sobre gestión forestal que posee la comunidad datos que hagan referencia a los extraordinarios conocimientos empíricos de los curusenses sobre los beneficios mutuos ni a los conceptos de reciprocidad y complementariedad con el bosque.
Si esta ausencia de registros obedece a mis limitaciones en el acceso a información en este campo me disculpo, pero si no fuese así asumo que capacitación o transferencia de conocimientos es uni direccional, dominante y jerárquica puesto que, en el convenio de apoyo con la empresa IMPA PARKET SRL. no existe compromiso alguno destinado al aprendizaje de los funcionarios de dicha empresa para asumir responsabilidad conjunta sobre el respeto al mismo.
Todo lo contrario, el “Equipo Técnico Forestal” ( jóvenes de la comunidad capacitados por los proyectos de apoyo), sea por las presiones externas descritas, o por la agresiva inversión de recursos privilegia en el 100% de sus relaciones con la comunidad, el nuevo conocimiento externo.
Una nueva generación de “Curusenses” se apresta a dejar atrás los conocimientos que permitieron a sus antecesores constituirse en los pioneros del pueblo Gwarayú, adoptando nuevas formas pero conservando sus principales atributos, tras cada experiencia.
En el plano formal y legal se asume lo comunitario como lo dominante y no como lo homogenizador de los intereses y sueños de cada individuo, por tanto lo diferente desaparece. Lo común se asume como la idea que gana por fuerza de argumentación con criterios y apoyo externo.
Los procesos de consulta, establecidos como requisitos y papeleos, cuando los hay, comprenden tres o cuatro preguntas de rigor que tienen como base legitimadora, una práctica asambleísta en la que se gana por mayoría y en la que pierden sentido y valor tanto el conocimiento de la comunidad como el conocimiento técnico.
Tenemos mucho que aprender antes de continuar avanzando en la misma dirección, Por ejemplo ¿ qué propiedades intrínsecas “capacitan” a la comunidad Cururú para enfrentar los altos índices de corrupción forestal que penetran a todas las comunidades en Guarayos, y muchas veces Cururú pero sin absorverla?, ¿Qué propiedades originales posee Cururú para haber sido penetrada completamente por estas prácticas sin perderlas ni en el proceso ni después y; qué tendría que ocurrir para que Cururú no se transforme finalmente y pierda esta propiedades?
Una primera conclusión que puede parecernos demasiado obvia, pero que hay que resaltar, es que la propiedad que hace a Cururú resistente frente a los altos índices de corrupción forestal, es su vida en comunidad y no su Plan de Manejo, éste segundo puede desaparecer sin afectar a las propiedades o atributos intrínsecos, de la vida comunitaria pero no a la inversa, entonces cabe preguntarse cuáles son las propiedades de esa vida comunitaria, qué es lo que hace que los “curusenses”, continúen motivados y comprometidos en el buen manejo forestal, a pesar de los problemas que están enfrentando?.
La cultura, las relaciones, la historia común, la convivencia, la complementariedad, la reciprocidad con y en el bosque y los sueños a partir de intercambios con lo externo y su predisposición a adoptar, sin prejuicios, los que “les gusta” de lo externo, son las propiedades o atributos más visibles de la vida en comunidad de Cururú, aunque también su reducido tamaño (50 familias) y el hecho de que se hayan mantenido aún sin la amenza, porque así lo consideran, de las migraciones, , va a beneficiar esta convivencia y capacidad de control. y de gobierno. Es importante destacar que no les preocupan tanto sus vecinos (grandes propietarios) como la posibilidad de las migraciones por la cantidad de gente “extraña”, con la que tendrían que convivir.
Y si Cururú con su principal atributo ha regresado una y otra vez a su estado original, cualidad que permite constituirla en ejemplo local, entonces por qué no proteger y reforzar este atributo en lugar de debilitarlo con procesos externos.
Cururú creció en veinte años gracias a la unidad y al carácter de sus dirigentes (rasgos que no siempre son los más visibles, con nuestros propios indicadores); las mujeres participan en todas las reuniones con voz propia y no solo son respetadas, si no que tienen poder para influir en aspectos importantes, al igual que los jóvenes. Los niños son tratados con mucho respeto y son muy valoradas las actividades con ellos..
Faltan los beneficios económicos de la gestión forestal comunitaria; definitivamente faltan., Falta terminar con esa ideología de dominio en la que se plantea siempre que el modelo del empleador y el empleado es suficiente; que lo que sabe la empresa que decide relacionarse con la comunidad es suficiente dando por sentado que nada tiene que aprender ni comprometer. Falta bajar del pedestal académico y escuchar a los otros, también asumiendo, con humildad, que hay aspectos que son de mutua responsabilidad.. ATS/Ascensión de Guarayos 2010.-