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17 de octubre de 2012

Leopoldo Marcus (economista) advierte sobre el pillaje de los recursos naturales en la Argentina

El pillaje de los Recursos Naturales Argentinos La República Argentina, es uno de los países bendecidos por la naturaleza, en cuanto a la dotación de recursos naturales. La superficie de su parte continental es de poco menos de 2.800.000 km2. Si a esa superficie le agregamos las islas Malvinas e islas del Atlántico Sur y la Antártida argentina, llegamos a los 3.500.000 km2, octava superficie del mundo. Con los recursos existentes, se puede alimentar y dar empleo cómodamente a sus 40.000.000 de habitantes. En los hechos, ello no ocurre lo que explica el estancamiento desde 1976, debido a la regresiva distribución del ingreso, a la estructuración oligopólica de los mercados, a la extranjerización de la misma y al pago de una deuda fraudulenta e ilegítima. Despilfarro en el consumo del agua; excesivo uso de la tierra, que a largo plazo, lleva a la pérdida de nutrientes y desertificación –Pampa Húmeda-; deforestación en el Noroeste y Noreste; fuerte concentración y extranjerización en la propiedad del suelo, todo lo cual conspira para un desarrollo sostenible en el tiempo. Depredación de la fauna marina en los 4.500 kilómetros sobre el Océano Atlántico, por falta de una Armada equipada para efectuar el control y patrullaje del litoral marítimo. El pillaje minero La Constitución de 1994, sentó las bases legales para el saqueo y pillaje de los recursos naturales, tanto renovables como no renovables, transfiriéndose a las provincias, la propiedad del suelo y del subsuelo y se colocó a los Tratados con países extranjeros, por encima de las leyes argentinas. Entre 1989 y 1990, el menemismo estableció una normativa de leyes desregulatorias y entrega, a precios de regalo de los Servicios Públicos y Empresas del Estado, que explican, además, el saqueo legal y pillaje de los recursos naturales no renovables en favor del capital imperialista. Las leyes son la 23.696 (Emergencia Económica), la 23.697 (Reforma del Estado), la 21.382 (Inversiones Extranjeras), la 24.065 (Desregulación y Privatización del Sector Eléctrico), la 24.196 (Inversiones Mineras). Entre los incentivos a la inversión extranjera en el Sector Minero, están la estabilidad tributaria por 30 años, la amortización acelerada de la inversión en los bienes de capital, exenciones impositivas y deducciones de toda índole, la eliminación de gravámenes y tasas municipales e impuestos a los sellos, limitación de las regalías a un máximo del 3% del valor en “boca de mina”. Otros “incentivos” a considerar, están la doble deducción a los gastos de exploración (100%) y la facultad de no liquidar las divisas originadas en las exportaciones mineras (100%). Por otra parte, en el caso de la minería metalífera, la legislación vigente, le permitió a las empresas mineras, adoptar la extracción a cielo abierto, más contaminante que la minería de galería y de costos unitarios mucho más bajos. Además de los incentivos mencionados, las empresas mineras que compraron los pliegos de licitación de áreas mineras, recibieron los datos del Mapa Geológico Argentino, resultado de muchísimos años de trabajo, efectuados por el Estado, equivalente del secreto industrial en una industria de procesos. Los trabajos de exploración efectuados por los geólogos argentinos pagados por el Estado, mapas y cálculos económicos y técnicos, fueron entregados sin más ni más a los pools imperialistas, sin que estos pagasen un centavo, por una documentación que valía millones de dólares. El potencial minero de la República Argentina, está en el orden de los 750.000 km2, 27% de la superficie continental. La superficie en producción, en exploración o los proyectos en estudio potencialmente factibles, está en el orden de los 150.000 km2, un 20% de la superficie potencial y un 5,4% de la superficie continental. Las riquezas mineras de la Argentina, la convierten en el 5º reservorio mundial en la materia. Dispone de inmensos recursos mineros metalíferos de uso industrial como oro (Au), plata (Ag), Cobre (Cu), molibdeno (Mo), plomo (Pb), hierro (Fe), uranio (U), cromo (Cr), litio (Li), Cinc (Zn), tierras raras, etc. A ello se agregan los recursos mineros no metalíferos (boratos, arenas silíceas, sales, yesos, etc) de múltiples usos en las industrias farmaceúticas, pinturas, etc. Las rocas de aplicación, utilizadas en la industria de la construcción, como los granitos, los mármoles, las piedras lajas, la arena para construcción, las piedras calizas con las que se producen las cales y cementos. Otros recursos mineros, son los combustibles sólidos, como el carbón mineral y las piedras preciosas y semipreciosas. Hacia el año 2003, la minería metalífera y no metalífera, concentraba el 87,2% de la extracción: metalífera (73,5%) y no metalífera (12,3%), el 1,4% en las rocas de aplicación y el 11,4 entre combustibles sólidos (10%) y piedras preciosas (1,4%). La tasa interna de retorno (TIR), que mide la rentabilidad económica, es la más alta del mundo, en Oro, Plata, Molibdeno y Cobre y explica la codicia de las empresas mineras por entrar en la Argentina. Los principales complejos en actividad (2012), son: Minera Aguilar, Salta (Pb, Ag y Zn), Bajo La Alumbrera, Catamarca (Cu, Mo y Au), Salar del Hombre Muerto, Catamarca (Li) y Cerro Vanguardia, Santa Cruz (Au). Salvo el complejo Minera Aguilar, que aplica a la actividad económica interna la mayor parte de su producción, los otros complejos exportan entre un 70 y un 100% de la misma. Minera Aguilar (2001 – 2007), invirtió u$s 29,0 millones y exportó u$s 158,0 millones, o sea una ganancia bruta del 245%. En Bajo la Alumbrera (1995 – 2007), la inversión fué del orden de los u$s 1.531,0 millones y exportó 5.685%, rentabilidad del 271,3%. En Salar del Hombre Muerto (1995 – 2007), las inversiones estuvieron en los u$s 148,0 millones y las exportaciones en u$s 345 millones, utilidad del 133,4%. A su vez, en Cerro Vanguardia, en igual período, se invirtieron u$s 310 millones y se exportaron u$s 889,0 millones, ganancia del 186%. Que se puede hacer El ahorro, generado como diferencia entre la producción y el consumo, permitiría financiar los proyectos productivos y sociales que emplearían a millones de argentinos y diversificar la economía. El país dispone de ahorro interno y puede financiar las obras de infraestructura minera. No solo puede efectuar la actividad extractiva, sino también la metalurgia y rescatando para el país, el valor agregado o sea los metales, elemento final del proceso. Pero para que el país pueda explotar la minería en forma autónoma, el financiamiento de la inversión en el Sector Minero, debe utilizar el ahorro interno, que hoy se dilapida en pago de una deuda ilegítima y fraudulenta. Leopoldo Markus Economista Buenos Aires, 12 de septiembre de 2012