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30 de septiembre de 2011

El tiempo de tod@s: El Efecto mariposa, Alicia Tejada Soruco

El tiempo de tod@s: El Efecto mariposa, Alicia Tejada Soruco: El efecto mariposa Por Alicia tejada Soruco Su nombre proviene de las frases: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al o...

El Efecto mariposa, Alicia Tejada Soruco

El efecto mariposa
Por Alicia tejada Soruco
Su nombre proviene de las frases: "el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo" (proverbio chino). La idea es que, dadas unas condiciones iniciales de un determinado sistema caótico, como lo es la naturaleza, la más mínima variación en ellas (un aleteo) puede provocar que el sistema evolucione en formas completamente diferentes a las que se prevé. Por eso es que la ciencia ahora se cuida de precisar los impactos ambientales de la intervención humana en los sistemas naturales. La pérdida de un insecto que controla a otro puede provocar mayores catástrofes humanas que la de una ballena, por dar un ejemplo, o el simple aleteo de una mariposa; un tsunami.
No sorprende la reacción de quienes, dentro del gobierno, ignoran estos aspectos de la modernidad e insisten en ver a la naturaleza y a los seres humanos como un “recurso” útil y predecible a la economía y al “progreso”; la nueva Meca frente a la cual todos debemos inclinarnos para no ser juzgados como retrogradas, como si a la economía le hubiese interesado la  historia y los tiempos cuando de explotar estos “recursos” se trata.
La reacción de la oposición dentro del gobierno tampoco sorprende,  es precisamente la que introdujo transgénicos, hidrocarburos, minería, explotación forestal, sin resguardo de derechos y agro industria y coca, con sacro santos principios. La derecha y su oportunismo político tampoco puede ocultar que no  dudaría un segundo en rematar a la madre tierra si estuviese en el poder. El aleteo viene de otro lado.
En el fondo, si la naturaleza y  los seres humanos son un proyecto económico hay acuerdos que unen a muchos; incluyendo  a campesinos, colonos, interculturales y hasta a empobrecidos, por ese proyecto, cuyo sueño es convertirse en el Señor. A los liberales de los 500 años, nunca les importó la situación que dejaron tras de sí, pero se re produjeron en el discurso de la modernidad y así  colonizaron a la naturaleza y a la fuerza de trabajo.
Este gobierno, desde su segundo período, como estrategia de poder, terminó aliándose  con los más tradicionales exponentes de la moderna colonización, incluidos dirigentes indígenas vinculados al comercio ilegal de la madera, a las jugosas compensaciones de petroleras y mineras; a la corrupción de ONG intermediarias del mercado de los recursos de la TCO, a nombre del progreso, pero no tuvo en cuenta que el 62% que obtuvo había interpelado a los gestores de ese progreso.
¿O es que la “modernidad” eliminó la pobreza en Santa Cruz? ¿O las carreteras en Oruro le devolvieron lo que la minería le adeuda?, ¿o la gestión forestal en Guarayos reforzó la cultura indígena y les dio un techo digno? ¿O es que los siete TIPNIS que hemos deforestado en Bolivia ocurrieron sin la complicidad del progreso regional-autónomo? “La modernidad” se ha quedado sin respuestas ante un inesperado efecto mariposa, por eso ahora hay una oportunidad de revisión de políticas de Estado.


22 de septiembre de 2011

Un Poco de Ficción (o algo que todos hubiesemos soñado que ocurra), Marco Octavio Ribera A.

Un poco de ficción (o algo que todos hubiéramos soñado que ocurra)
Marco Octavio Ribera Arismendi
Biólogo y ecologista

Corre el año 2002 y el gobierno de derecha en ejercicio, ha aprobado el proyecto carretero que atravesará el Parque Nacional y TCO indígena - TIPNIS, obra a desarrollarse bajo financiamiento a crédito del gobierno del Brasil y con adjudicación a la empresa brasilera OAS, para la construcción de la obra bajo la modalidad “llave en mano”. Ante esta situación, la Subcentral Indígena del TIPNIS y la regional CIDOB establecieron una plataforma de resistencia al proyecto vial, que determinó la realización de la marcha indígena por la defensa del TIPNIS, la cual partió desde Trinidad con rumbo a la ciudad de La Paz.
El Presidente Constitucional del gobierno de derecha, afirmó que el camino se construirá “quieran o no quieran los indígenas”. La marcha indígena fue frenada por un cerco de simpatizantes leales al gobierno en la población beniana de Yucumo y un cerco policial, que además de impedir el paso de los marchistas indígenas, cortó el acceso a las fuentes de agua de los ríos locales.
Ante esta deplorable situación, el activista y miembro de la Asamblea de los Derechos Humanos, Sacha Llorenti, calificó, como criminal y genocida, las acciones del gobierno y en especial del Ministerio de gobierno, en especial reprochó la actitud de la Policía de impedir el acceso al agua a los marchistas. También  observó como nefasta la acción de criminalizar la justa protesta social
Finalmente, el activista de izquierda Álvaro García Linera, se pronunció acremente sobre el proyecto vial, al cual considera una muestra más del avance del capitalismo en contra de los intereses y la soberanía de los pueblos.
 Por su parte el representante de la organización CEJIS, Carlos Romero, deploró la política represiva y policial del gobierno, que atenta de forma flagrante contra los derechos los pueblos indígenas y promueve el enfrentamiento entre los bolivianos, al instigar una contramarcha.
 También el líder del reciente partido Movimiento al Socialismo MAS, Evo Morales, criticó la actitud arrogante y soberbia del presidente de la república, además de pedir un esclarecimiento sobre los contratos y créditos realizados con el Brasil, y sostuvo que realizará una representación ante las Naciones Unidas sobre los que considera una atentado contra la Madre Tierra y los pueblos indígenas. 


16 de septiembre de 2011

Carta Abierta al presidente Evo Morales: Diversas Instituciones y personalidades se dirigen al Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Exhortando al diaólogo franco y abierto

Señor
Evo Morales Ayma
Presidente Constitucional del Estado Plurinacional de Bolivia
Presente


De nuestra mayor consideración,

La VIII Marcha de los Pueblos Indígenas de tierras bajas –demandando el resguardo de sus derechos ante la propuesta de construcción de la carretera que atravesaría el Territorio Indígena del Parque Isiboro-Sécure– ha trascendido el plano de reivindicación sectorial para convertirse en una preocupación de diversos sectores de la población, por tratarse de un área protegida que a la vez es un territorio indígena originario, amparado por leyes nacionales y convenios internacionales vigentes.

Nuestra Constitución Política encomienda expresamente al Estado garantizar el ejercicio de las libertades  y derechos individuales y colectivos, irrestricta e incondicionalmente, lo que incluye el derecho de la marcha indígena de continuar sin bloqueos ni acosos de ningún tipo. Por igual, quienes objetan las demandas y móviles de la movilización indígena  tienen todo el derecho a expresarlo, pero ninguno a impedir su paso, y menos a ejercer violencia alguna en su contra.

En este contexto nos dirigimos a usted, la máxima autoridad del Estado Plurinacional de Bolivia, preocupados por el rumbo que está tomando este conflicto y ante la eventualidad de que se produzcan hostigamientos y hechos de violencia cuando la marcha indígena llegue a Yucumo. Estamos convencidos que es deber del Gobierno, de los indígenas, de aquellos que no están de acuerdo con la movilización, y de la sociedad en su conjunto realizar los mayores esfuerzos para evitar enfrentamientos que podrían tener graves consecuencias que dañarían nuestra convivencia pacífica y democrática.

Creemos que el diálogo amplio, franco y constructivo, es la vía para trascender el conflicto, en el que las partes reconozcan y respeten los derechos y necesidades de los otros y encuentren un punto de consenso con una visión humana y sostenible. Con voluntad se puede encontrar soluciones positivas, explorando nuevas opciones y alternativas que beneficien a los actores directamente involucrados y al conjunto del pueblo boliviano.

Los abajo firmantes ejerciendo nuestro derecho ciudadano deseamos aportar a la transformación pacífica del conflicto y estamos convencidos de que es necesario que todas las organizaciones y representaciones sociales debemos expresarnos y asumir iniciativas con ese objetivo. Este es precisamente el sentido de esta comunicación.

Saludamos a usted con la mayor consideración,

Waldo Albarracín, ex Defensor del Pueblo; Xavier Albó; Tonchi Antezana (cineasta y Premio Nacional de Cultura); Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia;  Lupe Cajías; Fernando Calderón; Remberto Cárdenas; Amparo Carvajal, fundadora de la APDHB; Homero Carvalho Oliva; Germán Casassa Zapata; Daniel Castro, Asociación de Periodistas de Santa Cruz; Guillermo Dávalos Vela-Fundación SEPA; Cecilia Estrada  Ponce, Fundación Tierra; Fundación UNIR Bolivia; Gabriela Ichazo Elcuaz; Instituto de Formación Femenina Integral (IFFI); Gregorio Iriarte; María Gamboa Secretaria Ejecutiva Federación Departamental de Trabajadores en Salud;.Arnaldo Lijerón, Presidente Sociedad Geográfica del Beni; Nicolasa Machaca, nominada para el Premio Nobel de la Paz 2005; Wilder Molina; Carlos Hugo Molina, director CEPAD; Movimiento Juventud y Agua; Juan Carlos Núñez-Director Fundación Jubileo; Gustavo Pedraza; Julio Prudencio; Álvaro Puente; Luis Rico Arancibia; Gustavo Rodriguez Ostria; René Julio Ribera Paniagua, Director de la Comisión de Pastoral Indígena del Vicariato del Beni; José Ros Izquierdo; Carmen Beatriz Ruiz Parada; Martin Salas Terán (Director Académico La Fábrica-Escuela de Cine); Isaac Sandoval Rodríguez; Carmen Dunia Sandoval; Guillermo Siles Paz; Carlos Soria Galvarro, periodista; Justa Suárez Vaca; Luis Tamo Cayuba, Corregidor del Cabildo Indigenal de Trinidad, 2011; Alicia Tejada Soruco; Andrés Tórrez, director del Instituto para la Democracia UCB; Roger Emilio Tuero; Joel Vargas Vía-Fundación Iniciativas Ciudadanas para el Cambio Democrático; Selva Libertad Velarde Hurtado de Ribera, Ex Representante Departamental de la Defensoría del Pueblo, Beni; Lorenzo Vare Chávez, ex-Corregidor del Cabildo Indigenal de Trinidad, 1990;Javier Velasco; Francesco Zaratti


12 de septiembre de 2011

Somalia. Los porqués del hambre Por Esther Vivas: ¿Quiénes controlan los recursos naturales (tierra, agua, semillas) que permiten la producción de comida? ¿A quiénes benefician las políticas agrícolas y alimentarias? Hoy, los alimentos se han convertido en una mercancía y su función principal, alimentarnos, ha quedado en un segundo plano.

La emergencia alimentaria que afecta a más de 10 millones de personas en el Cuerno de África ha vuelto a poner de actualidad la fatalidad de una catástrofe que no tiene nada de natural. El hambre no es una fatalidad inevitable que afecta a determinados países. Las causas del hambre son políticas. ¿Quiénes controlan los recursos naturales (tierra, agua, semillas) que permiten la producción de comida? ¿A quiénes benefician las políticas agrícolas y alimentarias? Hoy, los alimentos se han convertido en una mercancía y su función principal, alimentarnos, ha quedado en un segundo plano.

Vivimos en un mundo de abundancia. Hoy se produce comida para 12.000 millones de personas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuando en el planeta habitan 7.000. Comida, hay. Entonces, ¿por qué una de cada siete personas en el mundo pasa hambre?
La emergencia alimentaria que afecta a más de 10 millones de personas en el Cuerno de África ha vuelto a poner de actualidad la fatalidad de una catástrofe que no tiene nada de natural. Sequías, inundaciones, conflictos bélicos. contribuyen a agudizar una situación de extrema vulnerabilidad alimentaria, pero no son los únicos factores que la explican.
La situación de hambruna en el Cuerno de África no es novedad. Somalia vive una situación de inseguridad alimentaria desde hace 20 años. Y, periódicamente, los medios de comunicación remueven nuestros confortables sofás y nos recuerdan el impacto dramático del hambre en el mundo. En 1984, casi un millón de personas muertas en Etiopía; en 1992, 300.000 somalíes fallecieron a causa del hambre; en 2005, casi cinco millones de personas al borde de la muerte en Malaui, por sólo citar algunos casos.
El hambre no es una fatalidad inevitable que afecta a determinados países. Las causas del hambre son políticas. ¿Quiénes controlan los recursos naturales (tierra, agua, semillas) que permiten la producción de comida? ¿A quiénes benefician las políticas agrícolas y alimentarias? Hoy, los alimentos se han convertido en una mercancía y su función principal, alimentarnos, ha quedado en un segundo plano.
Se señala a la sequía, con la consiguiente pérdida de cosechas y ganado, como uno de los principales desencadenantes de la hambruna en el Cuerno de África, pero ¿cómo se explica que países como Estados Unidos o Australia, que sufren periódicamente sequías severas, no padezcan hambrunas extremas? Evidentemente, los fenómenos meteorológicos pueden agravar los problemas alimentarios, pero no bastan para explicar las causas del hambre. En lo que respecta a la producción de alimentos, el control de los recursos naturales es clave para entender quién y para qué se produce.
En muchos países del Cuerno de África, el acceso a la tierra es un bien escaso. La compra masiva de suelo fértil por parte de inversores extranjeros (agroindustria, Gobiernos, fondos especulativos.) ha provocado la expulsión de miles de campesinos de sus tierras, disminuyendo la capacidad de estos países para autoabastecerse. Así, mientras el Programa Mundial de Alimentos intenta dar de comer a millones de refugiados en Sudán, se da la paradoja de que Gobiernos extranjeros (Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Corea.) les compran tierras para producir y exportar alimentos para sus poblaciones.

Asimismo, hay que recordar que Somalia, a pesar de las sequías recurrentes, fue un país autosuficiente en la producción de alimentos hasta finales de los años setenta. Su soberanía alimentaria fue arrebatada en décadas posteriores. A partir de los años ochenta, las políticas impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para que el país pagara su deuda con el Club de París, forzaron la aplicación de un conjunto de medidas de ajuste. En lo que se refiere a la agricultura, estas implicaron una política de liberalización comercial y apertura de sus mercados, permitiendo la entrada masiva de productos subvencionados, como el arroz y el trigo, de multinacionales agroindustriales norteamericanas y europeas, quienes empezaron a vender sus productos por debajo de su precio de coste y haciendo la competencia desleal a los productores autóctonos. Las devaluaciones periódicas de la moneda somalí generaron también el alza del precio de los insumos y el fomento de una política de monocultivos para la exportación forzó, paulatinamente, al abandono del campo. Historias parecidas se dieron no sólo en países de África, sino también en América Latina y Asia.
La subida del precio de cereales básicos es otro de los elementos señalados como detonante de las hambrunas en el Cuerno de África. En Somalia, el precio del maíz y el sorgo rojo aumentó un 106% y un 180% respectivamente en tan solo un año. En Etiopía, el coste del trigo subió un 85% con relación al año anterior. Y en Kenia, el maíz alcanzó un valor 55% superior al de 2010. Un alza que ha convertido a estos alimentos en inaccesibles. Pero, ¿cuáles son las razones de la escalada de los precios? Varios indicios apuntan a la especulación financiera con las materias primas alimentarias como una de las causas principales.
El precio de los alimentos se determina en las Bolsas de valores, la más importante de las cuales, a nivel mundial, es la de Chicago, mientras que en Europa los alimentos se comercializan en las Bolsas de futuros de Londres, París, Ámsterdam y Fráncfort. Pero, hoy día, la mayor parte de la compra y venta de estas mercancías no corresponde a intercambios comerciales reales. Se calcula que, en palabras de Mike Masters, del hedge fund Masters Capital Management, un 75% de la inversión financiera en el sector agrícola es de carácter especulativo. Se compran y venden materias primas con el objetivo de especular y hacer negocio, repercutiendo finalmente en un aumento del precio de la comida en el consumidor final. Los mismos bancos, fondos de alto riesgo, compañías de seguros, que causaron la crisis de las hipotecas subprime, son quienes hoy especulan con la comida, aprovechándose de unos mercados globales profundamente desregularizados y altamente rentables.
La crisis alimentaria a escala global y la hambruna en el Cuerno de África en particular son resultado de la globalización alimentaria al servicio de los intereses privados. La cadena de producción, distribución y consumo de alimentos está en manos de unas pocas multinacionales que anteponen sus intereses particulares a las necesidades colectivas y que a lo largo de las últimas décadas han erosionado, con el apoyo de las instituciones financieras internacionales, la capacidad de los Estados del sur para decidir sobre sus políticas agrícolas y alimentarias.
Volviendo al principio, ¿por qué hay hambre en un mundo de abundancia? La producción de alimentos se ha multiplicado por tres desde los años sesenta, mientras que la población mundial tan sólo se ha duplicado desde entonces. No nos enfrentamos a un problema de producción de comida, sino a un problema de acceso. Como señalaba el relator de la ONU para el derecho a la alimentación, Olivier de Schutter, en una entrevista a EL PAÍS: "El hambre es un problema político. Es una cuestión de justicia social y políticas de redistribución".
Si queremos acabar con el hambre en el mundo es urgente apostar por otras políticas agrícolas y alimentarias que coloquen en su centro a las personas, a sus necesidades, a aquellos que trabajan la tierra y al ecosistema. Apostar por lo que el movimiento internacional de La Vía Campesina llama la "soberanía alimentaria", y recuperar la capacidad de decidir sobre aquello que comemos. Tomando prestado uno de los lemas más conocidos del Movimiento 15-M, es necesaria una "democracia real, ya" en la agricultura y la alimentación. www.ecoportal.net
Esther Vivas, del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, es autora de Del campo al plato. Los circuitos de producción y distribución de alimentos.
El País, Madrid - http://www.elpais.com/global

8 de septiembre de 2011

Desarrollo e integración en el debate nacional

Desarrollo en el debate nacional
Por: Alicia Tejada Soruco
Las cifras de exportación y los Km de cemento se mostraron insuficientes: Los pueblos indígenas del TIPNIS, se encargaron de poner sobre la mesa todas las cartas, entre otras  la que interpela la noción “social” del desarrollo.  Entre sus demandas se encuentra la petición de una universidad indígena y del seguro de salud indígena limitando,  de principio,  la posibilidad de que las inversiones estatales en salud y educación, se negocien como compensaciones por los probables impactos negativos de una carretera pero al mismo tiempo buscando integración a las políticas “fuera del bosque”.
El visión agrarista, individualizadora y capitalista que introdujo el proceso de campesinización de los 50, fue interpelada  en los 90 con la emergencia política del movimiento indígena de Tierras Bajas que planteó Desarrollo con Identidad. En 20 años la CIDOB logró introducir derechos indígenas en casi medio centenar de leyes que reconocían que la tierra no era solo un recurso a ser explotado,  sino que contenía comunidades ecológicas y humanas inter dependientes. En estas visiones opuestas sobre el valor de la tierra radica también el conflicto con la política agraria del país que insiste en el “trabajo” y en la “explotación del recurso”, como un atributo que otorga mayor y mejor derecho.
Otra de las cartas que se echaron en la mesa de definiciones políticas- TIPNIS- ha sido la  ambiental que reclama poner en valor (y no en precio) las múltiples formas de vida y de relaciones que se re producen en los bosques de Bolivia. Esta propuesta no ha pasado la prueba frente a la visión que los asume únicamente como recursos con extraordinario valor en el mercado, base de la integración económica.
Pendiente aún la legislación sobre medio ambiente, bosques, biodiversidad, minería e hidrocarburos y sin embargo el gobierno ya definió la conversión de concesiones mineras, forestales y otras mediante DS;  ratificó la visión economicista en la Ley de revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria y la ampliación de la frontera agrícola y aprobó proyectos de “desarrollo”, como la carretera IIRSA-TIPNIS, que son objeto de serias consideraciones sobre su sustentabilidad ambiental y social e incluso económica. Se anuncia entonces un debate intenso en este periodo.
Hasta antes del TIPNIS se asumía la protección de la madre tierra, no como un principio romántico sino como la constatación del agotamiento de un modelo de desarrollo con altísimos costos ambientales y sociales, y la voluntad política de avanzar en un proceso que revierta tal situación. Ahora gran parte de los bolivianos tiene la seguridad de que tanto los tres niveles de gobierno, como los empresarios, la banca, los cocaleros, y colonizadores no garantizarían un sistema legal orientado en esa dirección, constatación que ha generado un creciente debate nacional.