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30 de noviembre de 2011



RESPONSABILIDAD CIUDADANA Y BIEN COMUN

Ovidio Roca

El bien común abarca el conjunto de aquellas condiciones de la vida social, con las cuales los hombres, las familias y las asociaciones pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propia perfección. WIKIPEDIA

En Santa Cruz de la Sierra, carecemos de un gobierno municipal idóneo y de la necesaria cultura ciudadana que impulse y controle que la política y gestión del gobierno edil sea la correcta. Lo que sí tenemos, es una agencia de empresas constructoras y esto desde un particular punto de vista es correcto, pues es obligación de las empresas trabajar y ampliar su mercado.

El problema es para nosotros los ciudadanos cruceños, pues la ausencia de un Gobierno Municipal (con visión integral y capacidad de gestión para proyectar y crear un ambiente urbano ordenado, armonioso, con adecuada infraestructura y servicios) afecta nuestros intereses.
Así como el municipio no vela por la ciudad y sus habitantes, muchos de nosotros no demostramos cariño por ella y su entorno. Parece la nuestra, una ciudad conquistada por los bárbaros que la odian y se sienten ajenos a ella y por eso les interesa poco su cuidado y embellecimiento; tiran por todos lados las basuras, avasallan las vías, se asientan donde les place y construyen sus precarias viviendas. Y luego el municipio le pavimenta sus calles con lo que valorizan y afirman su ilegal derecho propietario.
Si miramos los espacios públicos y especialmente los mercados que han ocupado gran parte de la ciudad, vemos como el caos, el desorden, la suciedad, el ruido se apodera cada día más de los comportamientos urbanos, el desorden se nos hace normal, se distorsionan las normas y como vivimos dentro del caos nuestra vida se vuelve caótica.
Esta claro que esto responde a esa lamentable ausencia de autoridad municipal y responsabilidad ciudadana; dejamos todo en manos de las autoridades y éstas como han perdido el control sobre la ciudad y no tienen interés en malquistarse con los gremios (que son votos organizados), se dedican a sus propios negocios.
Al contrario de los gremios que defienden agresivamente sus intereses puntuales y sin respetar el derecho de los demás; la ciudadanía en su conjunto no esta organizada en la defensa de los intereses comunes. Defensa que debe realizarse en el marco de un estado de derecho, donde se exige y al mismo tiempo se cumple con las obligaciones, que es lo que permite la vida en sociedad. Por ahora las únicas entidades que promuevan los intereses comunes de la ciudadanía son el Comité Cívico y la Iglesia. 

Un caso entre muchos que muestra la
indiferencia del habitante urbano por el uso eficiente de los recursos públicos,
es el perpetrado con el “Túnel del Aeropuerto el Trompillo”, que ha sido
recibido por todos con alegría y orgullo; mientras que en cualquier ciudad
civilizada, habría causado repulsa y juicios penales por la  ausencia de profesionalismo en la decisión técnica
y el flagrante dispendio de recursos públicos.  

Buscando antecedentes sobre este asunto, descubrí que años atrás una voz solitaria se había alzado en contra de este proyecto (no contra la necesaria y urgente vinculación de los anillos de la ciudad)  con razones técnicas y velando por la correcta utilización de los recursos ediles; se trata de un profesional que conoce el tema, el Arquitecto Fernando Prado Salmón.

Escribe Fernando, cuando aún no se había cometido el tunelicidio: “En el afán de resolver con plata y pocos estudios los problemas, a alguien se le ocurre que para completar el cuarto anillo al sur, interrumpido por el Aeropuerto El Trompillo, se podía hacer un túnel y pasar por debajo de la pista, mostrando, para convencer, un simpático video en 3D con autitos en movimiento. El Concejo se entusiasma, “con eso pasaremos a la historia” exclama uno de ellos, y sin más, se toma la decisión. Los personajes no sabían que había ya un trabajo de consultoría que, conocida la longitud de la pista, proponía simplemente pasar por encima del 4 cuarto anillo, pues quedaban 1.980 metros  longitud en la cual los aviones que hoy usan la pista podían seguir usándola. En casos de extrema emergencia se cerraba momentáneamente el anillo y listo”.

Aunque había una solución correcta y barata, se impone el negocio de nueve millones de dólares y esto no se queda allí, pues este despilfarro innecesario va a eliminar o postergar de la agenda municipal (además de urgentes necesidades en educación, salud, limpieza urbana, que no tienen presupuesto), el programa de trasladar el aeropuerto como se pretendía para evitar riesgos de accidentes de aviación para los vecinos que viven en los alrededores o detrás de la pista de aterrizaje; mejorar el ordenamiento de la ciudad, facilitar la vinculación y el transporte y también poder utilizar ese espacio que se convertiría en el Centro Cívico Administrativo y Parque Urbano de nuestra ciudad. 

Para que hacerlo barato, si podemos hacerlo caro. Refranero Originario.
A los políticos y los pañales hay que cambiarlos periódicamente; y por las mismas razones. Refranero.

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