Amenaza a
las reservas de Agua del Municipio de Roboré
Por
Verónica Villaseñor, bióloga.
“Cuenta
Dante que al llegar a la mitad del camino de la vida se encontró de súbito, sin
saber cómo, sumido en medio de una selva oscura: la del vicio y del error.” En
su paso por el infierno se encontró con un montón de espíritus cruelmente
atormentados. Su guía, el maestro Virgilio le explica que las almas de quienes
en vida fueron malvados y violentos sufren su castigo; La violencia puede
cometerse contra tres clases de seres: “contra Dios, contra sí mismo y contra
el prójimo.” Entre la violencia cometida contra la divinidad se consideran el
desprecio por la Naturaleza y sus bondades.
Muchas
culturas, desde Oriente hasta Occidente, antiguas y modernas, han comprendido
que la violencia contra la Naturaleza debe castigarse bajo las leyes humanas,
siendo imperdonable para las leyes de la misma Naturaleza. Así lo comprendían
los habitantes chiquitanos y lo demuestran las tradiciones y leyendas que
permiten ver algunos rasgos de la cosmovisión: El Jichi temido y respetado, por
ejemplo, es el Dueño de los animales y de las fuentes de agua. En San José se
habla de la Sirena del Suto enojada por la falta de respeto a la vertiente,
según los abuelos que aun hablaban la lengua, la mujer dejo de proteger la
vertiente y deambula desconcertada por la zona.
Estos
relatos me remitieron a algunos sucesos entorno a la Reserva Municipal de Vida
Silvestre del Valle de Tucabaca.
La
Reserva Municipal del Valle de Tucabaca tiene como objetivo central proteger
las nacientes y vertientes de los principales curso de agua y ríos de la
región. Dentro de sus límites se encuentran las nacientes del Rio Tucabaca, San
Miguel, Aguascalientes, que alimentan al Pantanal y son cursos muy importantes
de la Cuenca del Plata, en el departamento de Santa Cruz.
Esta dinámica hidrológica, es decir la alimentación
del flujo de agua en estas vertientes, depende del estado de salud de los
bosques y ecosistemas. Los bofedales (pastizales húmedos de altura que
almacenan agua) y vegetación de la serranía y los bosques del valle funcionan
como esponjas guardando la humedad que se infiltra alimentando las vertientes.
Por su parte, la fauna que habita estos ecosistemas cumple roles muy
importantes como polinizadores, dispersores de semillas, descomponedores de
materia orgánica. Esta maravillosa dinámica permite que el bosque se regenere y
la Naturaleza nos ofrezca sus bondades como el agua, alimento, leña, madera,
plantas medicinales, aire puro, paisajes para recrearnos.
Un
equipo técnico conjuntamente con un comité impulsor local está actualizando el
Plan de Manejo de esta Reserva Natural que pertenece al Municipio de Robore.
Iniciando el trabajo en Junio de este año, se realizaron cuatro talleres para
actualizar y analizar la información tanto biológica como social.
En
los talleres de planificación se identificaron como las principales amenazas,
para la integridad de la Reserva y sus ecosistemas, las siguientes:
•
Autorizaciones de asentamientos y consecuente deforestación, que no se enmarcan
en la legislación vigente (es decir ilegales pero con el amparo de algunas
autoridades). Si bien se encuentran fuera de la Reserva, son colindantes y su
impacto afecta la base de la serranía y la cuenca del rio Tucabaca. El cambio
de uso del suelo, afecta la cuenca alta que es colectora de agua y por
consiguiente tiene consecuencias en la cuenca interior de la Reserva.
•
Nuevas demandas de tierra en un cinturón externo, que tendrán un fuerte impacto
directo sobre los límites tanto dentro del municipio de Robore como del
municipio del Carmen Rivero Torres.
•
Asentamientos como Salvador, Jordán y Aguas Negras ya sufren el deterioro
causado en la cuenca central del río Tucabaca: contaminación y
desestabilización de cauces por la presencia de ganado sin manejo adecuado.
Obligando este año a varias familias a migrar con sus actividades ganaderas de
la región.
• El
proceso de Saneamiento por parte del INRA en el polígono 131, en la serranía,
parece aceptar más de 120 solicitudes ilegales de asentamientos dentro de la
Reserva. Faltando a los compromisos firmados en el 2010. Justamente en el área
de captación de agua para las comunidades que se benefician de los servicios
ambientales que proporciona la Reserva, como es el caso de Roboré, y el
conjunto de comunidades que se encuentran a lo largo de la carretera desde
Chochis.
• El
inicio de actividades mineras en la serranía por parte de la empresa Sidereste,
que ya están ocasionando efectos sobre las cuencas que abastecen a San Lorenzo
Viejo y otras comunidades.
Los
siguientes mapas muestran, por un lado el avance de la deforestación y, las
concesiones de uso para explotación minera y forestal que amenazan la
estabilidad de la serranía y el valle.
El mapa muestra el avance de la deforestación a partir
de 1990 hasta 2011. Se notan claramente dos frentes de avance de la deforestación,
uno sobre el eje de la carretera en el sur de la Reserva de Tucabaca y otro al
norte en las zonas de El Jordán, Aguas Negras y El Salvador.
Estas amenazas sobre las nacientes sin duda tienen, y
tendría mayores, consecuencias negativas en el abastecimiento de este
importante elemento para la población del centro urbano como las comunidades
del Municipio de Robore y la región.
En
el último taller de planificación, realizado los días 11 y 12 de noviembre,
destacó la participación de técnicos de COSEPUR (la Cooperativa local de agua
potable), quienes confirmaron esta preocupación. En los últimos tres años han
medido los caudales de las principales vertientes encontrando constante
disminución. En una de ellas la disminución “drástica” registra que un caudal
histórico de 80 a 60 litros por segundo ha bajado a 5 litros por segundo. Es
decir técnicamente se ha secado.
Quién
no puede entender lo que esto significa, tampoco podrá ser feliz en su
ignorancia porque, una vertiente sin agua puede ser uno de los peores castigos
de la Naturaleza.
Hablamos
de castigo de la Naturaleza en el entendido que las vertientes se encuentran
dentro un área protegida municipal, de la jurisdicción y por tanto
responsabilidad del Gobierno y los habitantes del Municipio de Robore quienes
permiten se haga daño irreversible a sus vertientes.
La
presencia de nuevos asentamientos en la serranía podría alegarse o entenderse
como un crimen ambiental, es decir actuar con violencia contra la Naturaleza,
contra el prójimo y contra sí mismo.
La
Reserva del Valle de Tucabaca fue creada gracias al impulso de ciudadanos de
Robore que conocen y aman su tierra. Robore se conoce como la “Perla del
Oriente o el Paraíso Escondido”, las imágenes que le describen se relacionan
siempre con la frescura de sus ríos y vertientes, con los balnearios y aguas
termales. Los impulsores de la creación de la Reserva Natural, comprendieron
que cuidar la serranía y el valle que le da sustento es una labor
incuestionable, para garantizar que el paraíso no se convierta en un infierno.
Aspecto
no difícil de imaginar cuando uno visita las cabeceras municipales vecinas,
donde el líquido elemento es escaso. En San José de Chiquitos el agua se
raciona, una sola vertiente surte a la creciente población y, la preocupación
es mayúscula. En el centro urbano del Carmen Rivero Torres se cuenta con agua
solo dos horas al día, los pobladores deben almacenar lo suficiente para el
resto de la jornada.
La imagen muestra un contraste que permite ver la
topografía. Las zonas más altas corresponden al color blanco y las más bajas al
más oscuro. Vemos las cuencas de Laguna Concepción, en verde y la cuenca de
Tucabaca en Rojo. Se aprecia que Laguna Concepción y la serranía de San José
están relacionadas. Por otro lado es evidente que Tucabaca concentra mayor
producción de agua y vertientes que alimentan ríos de importancia como Tucabaca
y San Miguel.
Una
década atrás, los impulsores de la protección de las nacientes en la serranía y
el valle de Tucabaca comprendían a cabalidad los riesgos que amenazaban sus
fuentes de agua, los valores culturales, naturales e históricos. Lo más
importante, amaban su terruño y contaban con visión a futuro. Con la
construcción de la carretera, veían venir una avalancha de cambios: una
carretera o corredor vial de carácter internacional, nuevos asentamientos,
presión por la tierra y cambio de uso del suelo, crecimiento de la población
con nuevos vecinos que no conocen y parecen no amar el terruño. Todos estos
cambios ya se han dado y demandan, entre otras cosas, mayor consumo de agua.
Estas
proyecciones también fueron identificadas por el Estudio de Evaluación de
Impacto Ambiental de la construcción de la carretera. La coyuntura de finales
de los 90’s e inicios del presente siglo permitió la coordinación de visiones
locales, regionales y nacional para priorizar la protección de las serranías y
el valle de Tucabaca, como una inversión a largo plazo que asegure las fuentes
de agua para la población de entonces y la porvenir. Así se crea la Reserva
Municipal del Valle de Tucabaca . Conocemos la valentía de los pobladores
defendiendo la Reserva Natural de distintos intentos de avasallamiento.
Sin
embargo la historia parece no tener referentes, cada administración pública
parece querer inventar la rueda. La Reserva del Valle de Tucabaca se encuentra
prácticamente abandonada por el gobierno municipal, departamental y nacional.
Solo los habitantes de las comunidades y asentamientos antiguos entienden el
peligro y valientemente defiende su patrimonio.
Desde
cualquier punto de vista la actitud de los administradores públicos es una
irresponsabilidad. Irresponsabilidad por parte de las autoridades nacionales
que a más de tres mil metros de altura cocinan títulos de adjudicación ilegal,
indiferentes a la tragedia que se puede causar; de las autoridades
departamentales por sus oídos sordos y vista ciega a lo que sucede en su
jurisdicción; y de las autoridades municipales que, conociendo de estos problemas, parecen ser cómplices
por su falta de comprensión del daño que esto significa para la población a
quien se deben.
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